Tus últimos versos

Has hecho de mí, una vil ironía:
Siendo vegetariano, he descubierto que
tengo una enorme debilidad por la
carne viva, la más grande tentanción
por probar tu tibio ser.


Por poder disfrutar de la mordida

de tus labios, sedosos, dulces.
Fingir que excavo tu busto
con mi cara, a delicadas tajadas.
Escuchar el jadeo de una noche
que parece no tener final alguno,
sin necesidad de estrellas ni de
luna alguna porque todo lo
sublime que ocupo esas noches,
se encuentra fundido conmigo.


Temblorosas están ya

mis manos al no poderlas
aferrar a cuepo alguno,
tu fantasma no tiene
materia, se me es
imposible poder aferrarme
a él como me aferraba a tí.
No tiene el dulce sabor
tuyo que tanto disfruto
ni el aroma enervante
que extasía mi ser.
Me es inservible la
copia tuya que me he
creado a base de mi
desdichada soledad.


El no tenerte me ha vuelto miserable,

pero lo que más me ha despedazado
es el hecho de que estos son los
últimos versos que te escribo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario