Tristeza entre humos

Ahora me toca a mí
ser quien muere en vida,
quien tiene el reflejo de
la desdicha en los ojos.

Cada noche que siento
tu escencia junto a mí,
siento una ligera
tentación abrumándome,
y debo de quemarme,
con algún cigarro encendido
por mi soledad, para
evitar alguna de tus
caricias intentar emular.

He tenido la necesidad
de hablarte, escuchar tu voz,
tenerte entre mis brazos,

matando así a tu fantasma
que me acecha cada noche,
que me miente, que sólo
me dice "Todo estará bien".


Lo único que me queda
por hacer ahora, es
espantar a ese espectro
con el áspero olor
a cigarrillo, a vida
que empieza a terminar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario